Muchos pensareis que de lo que hoy os hablo no tiene nada que ver con lo dulce.
Quizá lo penséis ahora: antes de leer el post, porqué sin duda después de leerlo espero que os deje un recuerdo tan dulce como el que tengo yo.
Ya sabéis que lo que más me entusiasma es poder compartir todo lo bueno. Así viví la experiencia en Casa Mª Cecilia, dónde Gloria y Rosa, compartieron conmigo algo más que una casa maravillosa.
Bueno, los sentimientos afloran y esto me desconcentra… empezamos por el principio.
Hace dos años finalizando ya las vacaciones en Asturias supimos de la existencia de la
Reserva Natural Integral de Muniellos. Nos hablaban de un bosque sin igual en toda Europa! Tan cerca y no disponer de más días fueron el primer inconveniente. Luego también supimos que solo está permitida la entrada de 20 personas por día y previa reserva. Nos volvimos a casa, pero con la idea de volver.
Y la idea era volver en otoño, cuando los arboles están despojándose de sus hojas como si lluvia fuese. Y es que la RNI de Muniellos, posee el robledal más importante y mejor conservado de Europa! Y si hay un árbol que me chifla es el roble: la forma de sus hojas sinuosas, los colores que dibujan en el paisaje en otoño, me parece que es un árbol como mágico (me alimenta la imaginación, con gnomos en su interior en confortables habitaciones).
Y así empieza la peripecia de buscar alojamiento. Cuando viajo mi preferencia siempre se decanta por sitios rurales, lugares pequeños, rodeados de tranquilidad. Así que inicio la búsqueda en
Top Rural.
No hay demasiados alojamientos. Bien! esto significa que el lugar es tranquilo. El criterio era buscar un alojamiento cercano a la RNI de Muniellos para no alejarnos demasiado “de casa” el día que había concertado la visita al parque.
La verdad es que las pequeñas imagines de Casa Mª Cecilia en Top Rural no eran del todo suficientes para decidirme, y fueron los comentarios de los huéspedes quienes me terminaron por convencer: nos íbamos a Casa MªCecilia.
Después de muchas horas de viaje, lo más fastidioso es llegar a un sitio que no cumple las prospectivas. Aquí pasó todo lo contrario: la casa, sus habitaciones, su decoración me pareció arrebatadoramente acogedora, llena de gusto con múltiples detalles por todas partes, y sus anfitriones afanándose por nuestro bienestar.
Este es pues el secreto de casa MªCecilia: cálida y acogedora, y su gente aún más cálida y acogedora.
Yo llegaba a la zona de Muniellos con ganas de disfrutar de aquella tierra, pero con una añoranza muy fuerte a mis libros de repostería, que durante unos días dejaba lejos, y a los que sentía que tenia una fuerte dependencia.
Y aquí es donde entran en escena Gloria y su hermana Rosa. Las dos aficionadas como yo a la repostería y a la cocina. Gloria con sus dulces y Rosa con sus conservas y chutneys. Y las dos fans indiscutibles de la thermomix y la Kitchen Aid, con lo cual el ben comer está más que garantizado en sus casas.
Bueno, empezamos con las imagines, porque ya sabemos que una imagen vale más que mil palabras.
EXTERIORES:
LOS OTROS HUESPEDES:
COMEDOR y SALON:
RECEPCIÓN:
Prestad atención al detalle de la escalera. Una fotografía ampliada de los que vivieron en esta casa preside majestuosamente la escalera.
¿Que se esconde detrás de esta puerta?
LA COCINA!!!
LOS DESAYUNOS:
Típicos: los frisuelos
BAÑOS, sí puede parecer escatológico hablar de baños.. pero pasen y vean:
DORMITORIO:
RECUERDOS DE LA RESERVA:
¿Buzones?
No!!!, es un cortín de cadenas. Es decir, colmenas de abejas. Se encuentran rodeadas por un muro muy alto, habitualmente sin puerta. ¿Por qué? pues resulta que en la zona vive el oso, y todos sabemos que es muy goloso, así que estas construcciones sirven para evitar la expoliación de la miel por parte de este.
Y el maravilloso bosque…
No hace falta recordar que en el bosque esta prohibido recolectar cualquier cosa, y nuestra presencia debe ser lo más respetable posible con el entorno.
Por cierto, estas setas son venenosas.
Dedico este post a Gloria y Rosa por darme tanto cariño, prestarme sus libros, darme de comer magníficos desayunos fruto de sus elaboraciones, y a Toño por desvivirse por una placentera estancia. A todos ellos, por ofrecernos tanto bienestar.
Ir a Casa Mª Cecilia solo tiene un inconveniente: que tarde o temprano hay que volver hacer las maletas para volver a nuestro mundo.
Nosotros no lo pudimos remediar, y nos quedamos más días de los previstos.
Aquí os dejo el contacto para poder disfrutar de esta casa, su entorno y su gente:
Casa María Cecilia
33813 Vega de Rengos (Cangas del Narcea)
Asturias (España)
(0034) 985 911 132 - 648 668 253